Para un momento y analiza la situación: si pasas más horas en
el trabajo de las debidas, te sientes mal sino estás en él o invirtiendo horas,
no tienes ningún tipo de hobbies y cuando no estás realizando ninguna tarea
referente a él te sientes mal,… Puede que tengas una adicción al trabajo.
Podríamos definir un adicto al trabajo como aquella persona
que el trabajo es el eje de su vida y deja prácticamente fuera su vida
personal, familiar y social. Toda su vida gira en torno al trabajo y se crea
una necesidad irracional de permanecer en él.
Son personas que trabajan de forma compulsiva e irrefrenable,
priorizan la aprobación social y la obtención del éxito. Produce ansiedad e
irritabilidad cuando no están haciendo algo relacionado con el trabajo.
Como cualquier adicción, tiene su funcionalidad (véase el
post: “La funcionalidad de las drogas”). Cuando uno es adicto al trabajo puede
que sea una huida en otros ámbitos. Evitación de afrontar problemas,
situaciones que requieren toma de decisiones y responsabilidades. Son personas
que tienen un déficit de habilidades de afrontamiento y se refugian en el
trabajo.
A nivel fisiológico produce un alto grado de estrés y
cansancio crónico, trastornos sexuales, insomnio y trastornos psicosomáticos.
A nivel emocional y cognitivo aparece ansiedad y depresión. Irritabilidad
permanente. Sensación de vacío existencial. Aparece una necesidad de cada vez
más tener contacto y estar trabajando. Cada vez emplea más tiempo. Aparece un
creciente desinterés por otros ámbitos de su vida. Hay una total identidad como
persona en el trabajo, con el riesgo de si lo pierde, la sensación es que
pierde sentido su vida.
Uno de los problemas que aparecen en estas personas es
afrontar la situación de cómo “llenar” el tiempo que no están trabajando. Es la
sensación de que se sienten incapaces de hacer otra cosa que no sea trabajar.
A nivel comportamental, puede ir asociado a otras conductas
adictivas como el alcohol o la cocaína, con el fin de poder manejar mejor el
nivel de exigencia y velocidad que llegan. Aparece una reducción drástica de relaciones sociales y es frecuente
motivo de divorcio o que no lleguen a tener una pareja estable.
Según B. Killinguer, una psicóloga experta en el tema,
refiere que hay tres tipos de adictos al trabajo:
- Controlador: es el que le da miedo la pérdida del control y por ello su prioridad es controlar absolutamente todo
- Narcisista controlador: son personas con rasgo de personalidad narcisista, se creen superiores a los demás, y muy egocéntricos. Puede llegar a padecer sensación de despersonalización
- Complaciente: lo más importante para el adicto es la aprobación de los demás en el trabajo. Es el menos ambicioso y peligroso hacia su integridad
Los más vulnerables a padecer este tipo de adicción son los
que trabajan en un ambiente competitivo, donde el que más consigue tiene premio
y prestigio.
Por otro lado, a nivel psicológico, son personas con una
autoexigencia elevada y un perfeccionismo extremo. Tiene una autoestima baja y
lo compensan con este nivel de exigencia en el trabajo. Se sienten llenos de
esta manera. Aparecen dificultades en las relaciones interpersonales y una
inteligencia emocional nula.
En el tratamiento con estas personas el objetivo es que
aprenda una vinculación adaptativa hacia el trabajo y que la balanza de sus valores
sea reajustada. Que los otros ámbitos de su vida sean potenciados.
Si este es tu caso, o conoces de alguien que le esté
sucediendo, ¡pide ayuda!
En nuestro centro Ian de Psique te podemos ayudar.
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